19 agosto, 2006

¡ÁNIMO JOSÉ IGNACIO!

Hola Ignacio: En vista de la decisión que has tomado, los ciudadanos decentes que aun quedamos, te animamos a seguir adelante en tu huelga de hambre. ¡No decaigas! Estamos contigo, te animamos a seguir, si quieres hasta te podemos jalear. Cuando te sientas desfallecer, cuando notes que la vista se te nubla, cuando tus sucias manos tiemblen por la debilidad piensa en todos aquellos a los que quitaste la vida, eso te ayudará a seguir. Y si aún así no recuperas el ánimo, piensa que cuando salgas de la cárcel no habrá nada ni nadie que espere por ti. Serás un despojo. Ni padres, ni hermanos, ni amigos te estarán esperando, habrán pasado tantos años que todos estarán muertos. Eso te animará a seguir y con un poco de suerte pronto estarás criando cardos, que no malvas. ¡ÁNIMO JOSÉ IGNACIO!

13 agosto, 2006

Medios de manipulación

Al hilo de mi anterior post y aun a riesgo de parecer monotema, vuelvo sobre el conflicto entre Israel y la milicia de Hezbollah. Cuando entras en Internet y buscas fotografías del conflicto aparecen miles de ellas en las que el ejercito israelí bombardea, asalta, dispara, masacra y un largo etc. de barbaries más, pero ni una sola donde Hezbollah haga lo propio. ¿Acaso ellos no están atacando al estado de Israel? ¿No hay muertos en los dos bandos? ¿Dónde están esos documentos gráficos? El tratamiento informativo que se está haciendo de este conflicto es sencillamente repugnante. Pero no más repugnante que el que se da a temas más cercanos a nosotros. Esta mañana me ha llegado un documento sonoro en el que Pilar Rahola hace una reflexión sobre el antisemitismo, en ella habla de la importancia que tienen los medios de comunicación a la hora de crear opinión en uno u otro sentido. De cómo se puede hacer ver al mundo entero quien es el bueno y quien el malo sin ningún elemento de juicio previo. Valga este post como denuncia a lo que a diario esta pasando en los medios de comunicación. Parece que están ahí para mantenernos del todo desinformados, y haciéndonos ver solo una de las partes de los conflictos, la que más convenga para el momento político en el que nos encontremos.